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Mostrando entradas de febrero, 2008

La camiseta perfecta

Creo que he encontrado en ThinkGeek la camiseta perfecta que me define.

Enfados

Hoy me he enterado de que, tras 5 meses desde que dejé a E, ella está bastante cabreada conmigo. Bueno, de esto no me he enterado hoy, eso ya lo sabía. Pero de lo que realmente me he enterado es que la causa del enfado no es que hubiera cortado con ella, sino el cómo corté con ella. Ya conté que fue algo telefónico, un día me preguntó si estaba enamorado de ella, y después de mucho pensarlo, otro día que estábamos hablando por teléfono le dije que no, y que pensaba que era mejor que lo dejáramos. El caso es que, no sé muy bien por qué ni por quién (ella dice que por mí, aunque yo no me acuerdo de haberlo dicho), no nos hemos vuelto a ver cara a cara desde antes de romper. Yo supuse, por conversaciones posteriores con ella en las que más o menos parecía aceptar la situación, que no había nada más que hablar. Pero no. Sí que había que hablar. Y eso es lo que me reprocha ahora, no sin razón. Pues sí, deberíamos haber hablado cara a cara los primeros días, pero cuando pasaron algunos días/

Carnavales

¿Qué hace falta para, una vez que llegas a una fiesta en casa de una amiga y enterarte de que es una fiesta de disfraces ambientada en los años 60-70, vestirte de chica años 60 con ropa de la anfitriona, minifalda, leotardos, sujetador (de women's secret ) con relleno, y peluca, cambiarte de peluca cuatro veces durante la noche, hacer de novia de Tony Manero (cómo bailaba la fiebre del sábado noche, el jodío), azafata del 1, 2, 3 (gafas y calculadora incluida) y coro de Massiel , recibir una banda de honor por ser la reina de la noche, probarte tres vestidos de noche (azul, rosa y verde, este último incluso con estola ) de la anfitriona de la casa y desfilarlos delante del resto de gente (siendo aplaudido y ovacionado) y además pasártelo de puta madre? Pues muy sencillo: autoconfianza y falta de ridículo, dos cosas de las que no disponía hace algunos años, (y que maldita la gracia que me hacían aquellos años que no disponía de ellos).