Visto y no visto
Como dije el otro día, tengo buenas noticias, aunque al final no pude contarlas ayer por cuestiones técnicas . Y las buenas noticias son que, desde esta mañana, ya puedo ver lo que no veía desde hace 30 años: mi propia imagen reflejada en el espejo sin la ayuda de gafas. Ayer me operé por fin los ojos para quitarme la miopía. 5 dioptrías y pico de cada ojo que hacían que mi primera acción del día fuera, antes incluso de levantarme de la cama, alargar la mano hacia las gafas. A las 10:30 estaba en la clínica, y tras un par de pruebas, un ratito de espera en la sala de ídem, la operación y otro ratito de descanso con los ojos cerrados, a las 12 salía de la clínica con la vista prácticamente restablecida. Es cierto que aún me queda un par de meses a base de colirios y algunas revisiones con el oftalmólogo, pero hoy ya he estado trabajando normalmente y veo casi perfectamente. ¡Qué ganas tenía ya de quitarme de encima las malditas gafas!