15 minutos
Como no puedo/quiero dormir, he intentado volver a engancharme con alguno de los blogs que hay por este mundo mundial, tal y como me pasó hace 2 años. Lo echo un poco de menos, eso de meterme en la vida de la gente, eso de que me cuenten sus historias, sus pesares, sus gracias. No solamente leer algún post de alguien, sino que ese alguien forme parte de mi vida. Ya hace tiempo que mis compañeros blogueros salieron de la mía cuando abandonaron sus blogs, y me apetecía encontrar amigos nuevos.
Lo primero que he hecho es revisar mi lista de favoritos. Aunque los tengo agregados al thunderbird, y sé que no escriben desde hacer mucho, me ha sorprendido al comprobar cuánto es ese mucho. Así que he buscado otro camino: he buscado a Nepo, a ver si seguía escribiendo, pero ya hace tiempo que lo dejó (al menos con ese seudónimo). He encontrado a alguien que hablaba de él, y he empezado a hilar blogs como hacía antes: leo un blog, salto a sus favoritos, los leo, salto a los favoritos de los favoritos...
Pero lamentablemente, creo esto que ya no es lo que era. O ya no veo los blogs con los mismos ojos que antes, o ahora me parecen todos demasiado insufribles. Todos iguales, contando sus penas, sus depresiones, sus problemas... igual que el mío. Creo que los blogs han vuelto a tomar su lugar como diarios íntimos, como espacios donde poder desahogarse, como psicoanalistas baratos, como amigos imaginarios.
Todos tenemos nuestros 15 minutos de fama, incluso los blogs.
Lo primero que he hecho es revisar mi lista de favoritos. Aunque los tengo agregados al thunderbird, y sé que no escriben desde hacer mucho, me ha sorprendido al comprobar cuánto es ese mucho. Así que he buscado otro camino: he buscado a Nepo, a ver si seguía escribiendo, pero ya hace tiempo que lo dejó (al menos con ese seudónimo). He encontrado a alguien que hablaba de él, y he empezado a hilar blogs como hacía antes: leo un blog, salto a sus favoritos, los leo, salto a los favoritos de los favoritos...
Pero lamentablemente, creo esto que ya no es lo que era. O ya no veo los blogs con los mismos ojos que antes, o ahora me parecen todos demasiado insufribles. Todos iguales, contando sus penas, sus depresiones, sus problemas... igual que el mío. Creo que los blogs han vuelto a tomar su lugar como diarios íntimos, como espacios donde poder desahogarse, como psicoanalistas baratos, como amigos imaginarios.
Todos tenemos nuestros 15 minutos de fama, incluso los blogs.
Todo se moviliza, todo cambia, nada permanece. Quizás la visión que inicialmente se tuvo de los blogs ha cambiado ... y probablemente la tuya misma haya cambiado. ;)
ResponderEliminarYo sigo leyendo muchísimos y escribiendo, pero tengo claro que muchos son sólo eso, lectura entretenida. (no suelo involucrarme mucho con lo que leo)
En lo que sí tienes razón, es que siguen siendo una fuente de desahogo gratificante para el autor. Algunos supongo que dependerán más de la interacción que otros, pero en general ...
Saludos desde el otro lado del charco.