De bodorrio

Este fin de semana he estado en Lepe (sí, allí donde los chistes de leperos), en la boda del hermano de mi amigo R. Como pillaba bastante lejos, me bajé en viernes por la tarde en el AVE hasta Sevilla y allí me pillé un coche de alquiler junto con otro amigo y su mujer. Cuando llegamos, nos recogieron R y su hermano y nos fuimos a tomar algo con otros amigos suyos, nada del otro mundo, unas cervecitas y unas tapas.

De estos otros amigos, yo sólo conocía a una chica, que me había presentado R alguna vez que quedé con ellos en Madrid, pero la que me llamó la atención fue E, otra amiga de ellos del pueblo. No sé, creo que tengo fijación por las chicas bajitas, porque siempre son las que me gustan: M, E, esta otra E (bueno, R, la de Valladolid es todo lo contrario: alta y delgada). El caso es que me cayó súper bien. Muy charlatana, muy expresiva, muy abierta, charlando de ésto y aquello... El caso es que esa noche me fui a la cama pensando en ella.

Al día siguiente, ya en la boda, charlamos varias veces a lo largo del convite (que duró todo el día, desde las 2 de la tarde hasta media noche), pero tardé poco en darme cuenta de que ella estaba por R. Era, junto a otros cuantos que había por allí esa noche, de la pandilla de amigos que R tiene en el pueblo, y que salen bastante a menudo en las vacaciones (ya me conocía de oídas a 3 o 4 de ellos, de cuando quedo en Córdoba con él y otro amigo suyo, que siempre están contando batallitas), de forma que tenían una camaradería mucho más estrecha que una simple amistad. Y entre que ella es muy expresiva, y que ya llevaba más de una copa encima, la verdad es que estaba bastante cariñosa con él.

Me resultó raro sentir envidia de R, por mucho que sabía que él no estaba por ella y que yo no iba a hacer nada esa noche ni más adelante, pues ella en realidad es barcelonesa y va al pueblo sólo en Semana Santa o verano, por lo que es posible que no la vuelva a ver más quién sabe hasta cuándo. Pero no sé, me hizo ilusión pensar en que hubiera podido haber algo.

Al menos, creo que he entrado en una de sus múltiples batallitas. A eso de las 2 y media de la madrugada, salimos del pub (el hotel ya había cerrado la música y la barra libre a las 12) con intención de descansar un poco de todo el trajín del día, y nos metimos 6 en un coche (era sólo un paseito hasta el hotel), entre ellos R, E y yo. Pero a mitad del camino decidimos acercarnos al pueblo a comer algo, una hamburguesa, o cualquier cosa, y no se nos ocurre otra cosa que pasar cerca de la zona de marcha del pueblo, en plenos carnavales, plagado de gente disfrazada, y con unos cuantos municipales y civiles cerca. 6 en un coche, todos con 3 copas de más... multa asegurada y casi pérdida de carné. Así que en cuanto vimos a los civiles, paramos y hicimos como que aparcábamos e íbamos a juntarnos con la gente del carnaval. Como dar marcha atrás era demasiado sospechoso, no quisimos arriesgarnos y decidimos quedarnos en el coche un rato hasta que se fueran los civiles... 2 horas y media después nos despertamos y vimos que hacía rato que se habían largado, así que tiramos para el hotel maldiciendo la hamburguesa y partiéndonos de risa por la situación, y dando gracias por la suerte de que no nos pararan al final.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Dios, la iglesia y yo

Una estrella fugaz

¿Sí, o que?