Esta noche he estado cenando y tomando unas copas con unos amigos de Córdoba, que han pasado el finde aquí, aprovechando que le han dejado el chiquillo a los abuelos. Al volver, como era tarde y el metro ya estaba cerrado, he tenido que coger el búho, el autobús nocturno. Según íbamos pasando por las paradas, iba apareciendo el nombre de cada una en un display, y cuando apareció el nombre de una calle, "R. Ortiz", me vino súbitamente a la memoria el keñol kikaldo . El señor Ricardo, o como aparecía en su DNI, Ricardo Ortiz Castillo, fue el portero del edificio en el que vive mi madre, y en el cual me crié y viví durante casi 18 años. Supongo que ya era portero cuando nos mudamos o poco después, puesto que desde los 2 años, edad con la que me mudé al piso, hasta más o menos el instituto, allá por los 14 años, lo recuerdo tras el mostrador de la portería. Ricardo era de esas personas que siempre han estado en la memoria, como los padres o los abuelos. Los amigos, compañeros de