Ego
Últimamente tengo el ego bastante subido. No hay nada como tener a una chica interesada por tí para hincharte como un pavo. Y si resulta que además de ésta hay otra, me falta poco para reventar como el pajarillo de Shrek. Cuando, allá por navidades, R y yo decidimos que mejor no deberíamos hablarnos más, dió la casualidad de que me entró una chica por Meetic, E., y bueno, quedamos para vernos. Un poco más tarde, R. y yo volvimos a las andadas, a vernos y a llamarnos por teléfono, así que antes de nada se lo dejé claro a E. Pero parece que el haber sido tan sincero es precisamente lo que le ha gustado, y no hace más que tirarme los tejos. Y mira que se lo digo diciendo, que estoy intentando lo de R, que sólo somos amigos, pero cuanto más se lo digo, más me insiste. Lo malo de todo esto es que todo el mundo necesita ser querido y necesitado, y sentir que se preocupan por nosotros. Y precisamente es lo que echo en falta con R, que se preocupe más por mí, que me preste más atención. Me gus