Dolido

Me levanto algo tarde después de acostarme a las 3 de la mañana. Corro al salón, pongo la radio y me conecto a internet. Parece que el temporal ha remitido un poco y puedo subir a Valladolid a ver a R. La llamo. No contesta. La vuelvo a llamar. Sigue sin contestar. Desayuno. Me ducho. La llamo pero no contesta. Le mando un SMS diciéndole que al final sí que voy a poder ir, que llegaré a las 2. Termino de arreglarme. La vuelvo a llamar. Salgo en coche hacia el norte. Echo gasolina, miro las cadenas por si hay nieve, pero no tienen el modelo para mi coche. A 70km de Madrid recibo un SMS. Paro. Lo miro. Está en un pueblo comiendo con sus padres. Acaba de ver las llamadas, tenía el móvil en modo vibrador. Otra vez. ¿Por qué no le he dicho que iba a ir? Intento llamarla, pero no tiene cobertura. Después de algunos SMS sin ponernos de acuerdo, doy la vuelta y vuelvo a Madrid. Pago dos peajes, el de ida y el de vuelta. Llamo a Y para ver dónde habían quedado. Como con ellos e intento reírme un rato. Queremos ir al cine, pero no hay nada interesante. Vuelvo a casa. No quiero llamarla. Quiero leer algo. Me acuerdo de Sig, el cabrón de discoteca que engaña y se folla a todas las turistas. Voy a su blog y le leo un rato. Decido escribir algo y se me pega su estilo cabrón, corto y directo. Me acuerdo de R. No entiendo qué le pasa a esta chica. ¿Es tan despistada como para no acordarse de ponerle el sonido a su móvil cada vez que sale del trabajo?. ¿No se acuerda que ayer le dije que si hacía bueno subiría a verla?. Pienso en ella. Pienso en mí. Pienso que quizás me haya metido en su vida sin su permiso y no se atreva a echarme de ella. Pienso que sólo soy una molestia que no es capaz de quitarse de en medio. No la llamo. Quiero que sepa que estoy dolido. Quizás no la llame en varios días. Quizás no conteste cuando (si) me llame. Miro el sofá, miro la tele. Creo que veré la película de fantasmas que ponían hoy.