Amor, dinero y poder.

Ayer por la noche vine de mi Córdoba natal, después de pasar allí el puente del día de la constitución. Hoy estoy trabajando, a pesar de que mañana es fiesta otra vez, en una oficina prácticamente vacía. Casi todo el mundo se ha pillado el puente completo, 5 días, para irse de vacaciones por ahí.

Cuando llegué a casa de mi madre, como siempre hago, fui a mirar las cartas que podía haber recibido, ya que aún recibo de vez en cuando alguna en esa dirección, y la verdad es que me dio un poco de vergüenza cuando vi que tenía un justificante del recibo del coche desde hacía más de seis meses. Es increible, creo que no había vuelto por casa de mi madre desde cerca semana santa, a principios de Abril. Nunca me ha tirado la sangre, ni he sido excesivamente familiar... pero esto clama al cielo. Bueno, tambien he de decir en mi descargo que, aunque no haya pasado por allí en tanto tiempo, he visto a mi madre y mi hermana de vez en cuando, ya que ellas sí que han subido a Madrid alguna que otra vez para una u otra cosa (bodas, comuniones, vacaciones...). En fin, el caso es que debería bajar más por allí a ver a la familia y a mis sobrinos, que están para comérselos.

En el viaje de ida y vuelta, como iba solo en el coche, me dedicaba a escuchar la radio, sobre todo música, aunque también alguna tertulia de vez en cuando. Ya me había llamado la atención alguna que otra vez, pero ahora me estuve fijando con mayor detalle y pude comprobar la aplastante mayoría de canciones de amor o relacionadas con el amor que existen. No saqué estadísticas fiables, puesto que iba conduciendo y no podía ponerme a contar, pero yo calculo que, probablemente, al menos la mitad tocan el tema del amor y la pareja, con alusiones más o menos románticas y más o menos libidinosas. Incluso un tema de jazz, sin letra, tenía un título relacionado con el amor.

Como se suele decir algunas veces, este mundo lo mueven muy pocas fuerzas, siendo una de ellas, quizás la más fuerte, el amor. Aunque también hay otras menos espirituales, como el poder o el dinero. En realidad, creo que todo se puede reducir a dinero y amor, porque el dinero puede comprar casi todo, incluido el poder, pero no el amor. Una vez oi una anécdota relacionada precisamente con esto. Un hombre decía que el mundo lo movía el dinero, mientras que otro más espiritual, le respondía escandalizado que no, que el mundo lo movía el amor. El primero, tras reflexionar un momento le contestó: "Pues sí, puede que tengas razón. El mundo lo mueve el amor... al dinero".

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