Bueno, hace ya la tira de tiempo que no cuento nada. Algún post sobre cosas extrañas como los de la trigonometría o la mercadotecnia, pero es que últimamente no me apetece escribir sobre mí. Antes solía fijarme en todo, pensar en cómo lo iba a escribir en el blog, tirarme una hora dándole forma en la cabeza, para al final escribir una de cada diez ideas. Ahora ando un poco escaso de ideas, y las que tengo estoy muy perro para plasmarlas en el teclado. Pero creo que ya me vale, así que contaré alguna cosilla.

No he vuelto a ver a R desde hace un mes, cuando fui a verla a Valladolid. Como siempre, surge algo que me echa atrás los planes de visitarla: reunión familiar, una amiga suya que tuvo un accidente donde murió el novio, luego tuvo que estudiar para una prueba que le hacían en el trabajo... Este fin de semana le propuse pasarlo al completo con ella, dormir en un hostal o algo y pasar algo más de tiempo juntos. Sin embargo, al final me contestó que prefería que fuera sólo la tarde del domingo. Tiene miedo. Es normal, yo también lo tengo. Le da miedo que salga algo serio de aquí, y que alguno de los dos tenga que mudarse de ciudad, de trabajo, de amigos... Es algo que yo mismo llevo pensando desde el día en que me dijo que era de Valladolid, y de lo que ella se ha dado cuenta cuando vio que podía haber algo más que amistad. Hoy hemos estado charlando hora y media por teléfono sobre ello, sobre ese miedo que tenemos los dos. ¿Qué pasará si decidimos ir en serio? ¿Quién de los dos cambiará de ciudad, de trabajo y de amigos?. Hemos quedado mañana a comer y pasar la tarde juntos. No creo solucione nada, al contrario, probablemente lo empeore, pero últimamente he decidido que prefiero enfrentarme a los problemas cuando lleguen en lugar de evitar algo bonito por los posibles problemas. Si al final no surge nada definitivo, pues bueno, fue bonito mientras duró.

Aparte de eso, pues poco más. Me siento relativamente bien y hace tiempo que no tengo esos sentimientos depresivos de antaño. De vez en cuando me aflora algo de tristeza, pero nada que no desaparezca de un día para otro. Quizás la pseudo relación con R me esté cambiando, o quizás el vivir solo me está haciendo más bien del que pensaba inicialmente, o quizás he echado definitivamente mis fantasmas lejos de mí. Quién sabe. Creo que debería poner un contador como el de Nepo, contando los días felices...

Comentarios

  1. la vida es peregrina y caminante no hay camino, se hace camino al andar, tu patria en tus zapatos y tus manos son tu ejército, los amigos,ayy, los amigos son para siempre estemos donde estemos...no tengais nunca miedo de cambiar el rumbo de vuestra vida por amor, es lo más bello que os pueda pasar; doloroso sí, pero mucho menos que la ausencia.....habló la voz de la experiencia una vez más...un besazo.

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  2. Gracias Escrivana. Trataré de no tener miedo, pero es difícil, ¿no crees?.

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  3. si Deckard, es verdad, pero casi todo lo que pueda merecer la pena lo será..la vida es así..

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