Dibujos

Como no tenía ningún escáner a mano, he fotografiado los dibujos técnicos que hice en mis años mozos, y de los que hablaba en el post del otro día. Siento que las fotos no tengan demasiada calidad, pero es lo mejor que puedo obtener.

En el primer dibujo se ven unas escaleras y un prisma con sombras, y la perspectiva bastante marcada. Está claro que aquí estaba practicando los temas de perspectiva y proyecciones. Si miramos con atención, se puede ver el foco desde donde teóricamente sale la luz, encima de las escaleras.


Dibujo 1


En el segundo dibujo se complica un poco la cosa, y en lugar de tener un único punto de fuga, utilizo dos. Este es algo más abstracto que el anterior, con un cubo imposible donde el interior es mayor que el exterior. Supongo que por aquella época ya conocía los dibujos de Escher.


Dibujo 1


Y por fin, el tercero, el más complicado, el que comentaba en el otro post. Andaba en lo cierto sobre la edad en que lo hice, puesto que en la esquina inferior derecha (aunque en la foto aparece borroso) puse la firma: Yuhna II-88. Es decir, justo con 16 añitos recién cumplidos.


Dibujo 1



Respecto a la palabra Yuhna, que aparece tanto en el dibujo como en la firma, no me acuerdo de cuándo la inventé inicialmente, probablemente con 14 o 15 años. Es mi nombre, cifrado mediante un método ligeramente más complicado que el César, llamado así porque ya lo usaba Julio César hace milenios para comunicarse con sus generales, aunque claro, en aquella época pensaba que era muy listo y que lo había inventado yo. Lo saqué probando distintas combinaciones, tanto de desplazamientos como de rotaciones, en el viejo (ahora, en aquella época era una maravilla a 1,77MHz) Atari 800XL de mi hermano con un programita chorra en BASIC, hasta que salieron bonitos los cifrados tanto de mi nombre como de la chica del instituto que me gustaba. Jeje, me acuerdo la seguridad que me daba el poder escribir en la pizarra del instituto "Yuhna odo o Nilea", sin que nadie, ni siquiera ella, supiera que le estaba declarando mi amor... Descifrarlo es trivial y, como se suele decir, se deja como ejercicio para el lector.

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