Escaleras mecánicas

¿Habéis subido alguna vez por unas escaleras mecánicas rotas? ¿O por una cinta mecánica, como las de los trasbordos de los metros o los aeropuertos, que no funcione?. Es una sensación extraña.

Cuando una persona sube por primera vez en unas escaleras mecánicas, nota cómo éstas tiran de él hacia adelante en el primer paso, y tiene que hacer un pequeño esfuerzo para compensar esa fuerza. En la cinta mecánica pasa otro tanto. Con el tiempo, a fuerza de montar una y mil veces en la cinta, tu cuerpo se acostumbra a ese tironcito y ejerce esa fuerza compensatoria automáticamente, sin tener que pensar en ello... hasta que se rompen las escaleras. En ese momento las escaleras ya no dan el tirón, pero tu mente no lo sabe y lo sigue esperando. Resultado: notas una leve (muy leve) fuerza hacia atrás al pisar un trozo de escalón que está completamente quieto.

La verdad me gustaría poder sacarle un sentido moral a esto, pero no se me ocurre ninguno ahora mismo, jajaja. De todas formas es un efecto curioso.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nostalgia del papel

Sueños y olor a orégano