Volvemos

Últimamente tengo muy abandonado el blog. Si lo miro desde el punto de vista por el que empecé a escribirlo, en realidad es buena señal, puesto que lo hice para poder desahogarme cuando estuviera triste, o me sintiera mal. Pero no sé, creo que me da un poco de pena dejarlo, aunque no tenga nada "interesante" que contar. Así que contaré algo de las últimas semanas.

El puente del 1 de Mayo me volví a ir con los amigos de casas rurales. Esta vez tocó ir a las Alpujarras almerienses, puesto que en las granadinas, más conocidas, estaba todo pillado: Capileira, Trevélez, Lanjarón... No quedaba nada libre 3 meses antes. Mira que hay gente en España, y todo el mundo tiene que ir a los mismos sitios... Bueno, el caso es que nos apañamos una casa en Bayárcal. En realidad, la dejamos antes de que acabara el puente, porque no era lo que se dice una maravilla, y era excesivamente rústica para nosotros. Pero de todas formas nos lo pasamos estupendamente, nos hartamos de barbacoa hasta que nos salió la carne por las orejas, nos pateamos la montaña y todas esas cosas que se suelen hacer en una casa rural.

El fin de semana pasado, aprovechando que iba a haber poca gente en la carretera, me acerqué a Córdoba, a ver a mi madre y de paso me acercaba al certamen de catas. Bueno, en realidad las razones fueron más al contrario, pero bueno, el caso es que le dí una alegría a mi madre. A las catas fui con R, un antiguo amigo del instituto con el que recientemente he ampliado mucho la amistad desde que se vino a Madrid a trabajar hará unos años. Como su familia tiene una bodega en su pueblo, bodega que participaba en las catas, pues os podéis imaginar la de vino que bebí sin pagar, jejeje. Menos mal que no me entusiasma mucho el fino (prefiero el tinto o el blanco joven), porque si no habría salido muy malito de allí.

Es curioso cómo, tras 33 años, empiezo a descubrir algunas de las fiestas típicas cordobesas. Las cruces, los patios, las catas, los concursos de rejas y balcones, la feria. Todo esto sucede a lo largo del mes de mayo en Córdoba, y aún me quedan por ver los patios. Desde luego, que vergüenza de cordobés que estoy hecho. Pero bueno, poquito a poco, espero volver a conocer mis raíces.

Este fin de semana tenía previsto pasarlo con R. Tras tres meses de buscar un hueco, habíamos encontrado al final uno, y ahora era ella la que iba a venir a Madrid a verme. Tenía mucha ilusión de volver a verla, pero a última hora le dio a su madre un cólico de riñón, y se ha tenido que quedar en casa cuidando de ella. Ahora está mejor, y no parece que sea grave, pero nos ha fastidiado el finde. Aunque puede que sea para bien, porque como no se podía quedar en casa de una amiga, porque venían sus padres, y evidentemente no se quería quedar en mi casa (y eso que se lo he ofrecido, pero claro, habiéndonos visto tan solo una vez...), pues sólo iba a pasar un día. Igual para la próxima vez se puede quedar todo el fin de semana... Tan solo espero que sea prontito.

Bueno, vaya pedazo de post que me ha salido. Eso me pasa por dejarlo tanto tiempo, si es que no puede ser...

Comentarios

  1. Ya era hora de que escribieras algo!!!, llevaba tiempo pasandome todos los dias por aqui, sin encontrar nada nuevo. Escribe aunque sean tonterias para los que te leemos.
    Yo tampoco soy muy de "nuestra tierra", de hecho, no sé bailar Sevillanas ¬¬, lo que sí me encantan son los carnavales.

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  2. Jeje, da gusto ser tan solicitado. Bueno, a ver si puedo escribir más a menudo. Lo que pasa es que me da cosa escribir por escribir...

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  3. a ver si hay suerte con esta chica ;)

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