365 Días

Yo nunca he sido demasiado propenso a guardar recuerdos. Soy demasiado individualista en ciertas cosas. Tengo pocas fotos mías de pequeño, la mayoría en un álbum donde mis padres ponían mis fotos, y del resto de gente casi no tengo ninguna. Siempre me había parecido que no iba conmigo, eso de llenar la casa de fotos o de recuerdos de otras personas.

También soy poco propenso a acordarme de las fechas. De pequeño me sabía los cumpleaños de mis hermanos y todos mis primos, pero con el tiempo se me han ido olvidando, y hoy, si no es por el móvil y el calendario, que me avisan convenientemente, no me acordaría de más de 3 o 4 cumpleaños. Siempre me ha extrañado esa manía de mi madre de acordarse del día en que murió mi padre, el 8 de agosto de hace 10 años, como quien se acuerda y celebra un cumpleaños o un santo. Hasta ahora nunca me acordaba del día. Sabía que murió en verano, pero se me fue de la memoria el día exacto. Quizás ahora, al coincidir con el cumpleaños de Karenina, me acuerde más a menudo.

Por todo esto, me siento extraño cuando veo que necesito una foto o un recuerdo palpable de M, y me siento extraño cuando llevo ya varios días sintiendo que se acerca el día 23 de agosto. Hoy (mañana) hace un año que decidió acabar con sus depresiones y problemas por la vía que a ella le pareció mejor. No la culpo. A veces pienso que por fin tuvo el valor de irse como ella quería, que dejó de pensar en los demás y por fin pudo pensar en ella misma, en lo que ella necesitaba. Pero eso no hace que me resulte más fácil. Nunca tuve más recuerdo material que una foto de ella, foto que me pidió para dársela a alguien con la promesa de darme a mi otra, promesa que nunca llegó a cumplir. Es cierto, no tengo ninguna foto que acariciar con las yemas de los dedos, ni tengo un regalo que me haga saltar las lágrimas cuando paso al lado, pero sí tengo muchos recuerdos inmateriales, que me asaltan cotidianamente, cuando hago mi vida rutinaria. La recuerdo cuando hago pasta, cuando frío huevos, cuando aparco el coche hacia atrás en la cochera, cuando paseo por el parque o me siento en un banco, cuando oigo hablar de Galicia o de un petrolero hundido, cuando me hablan de Andorra o de algún balneario... Tantos y tantos recuerdos que acumulé en tan corto espacio de tiempo...

Dice chio en un comentario de A salto de mata que en la vida hay tres amores que nos marcan: el primer amor; aquella persona de la que nos enamoramos intensa, apasionada y devotamente pero que en el fondo sabemos que no sera para nosotros y nos causa un gran dolor; y la que nos ofrece una vida estable y feliz y con la que decidimos compartir nuestras vidas. Yo creo que con M reuní los 2 primeros amores de mi vida, y aunque en este último año han pasado muchas cosas y creo haber pasado página, el 23 de Agosto seguirá siendo para mí una fecha muy triste, y la recordaré durante mucho tiempo...