Una estrella fugaz

Hoy he estado con mi hermana y los sobris en Valladolid: ella ha ido a visitar a un amigo chatero (lástima que a ellos no les saliera bien en su momento, el chaval parece buena gente) y yo a ver a R. Por la mañana hemos estado de paseo por la ciudad, y por la tarde, cuando R salió de trabajar, me separé del grupo y me reuní con ella.

La verdad es que no sabía muy bien cómo tratarla, porque a pesar de encontrarla receptiva, me preocupaba un poco lo del beso de la vez anterior. Me había comentado unos días antes que me había enviado un mail, y puesto que tiene que ir al ciber para escribirlo, evidentemente era importante, y probablemente trataba de ese tema. Pero ha debido haber algún problema con el mail o el ciber, porque no me ha llegado. Resumiendo, que volví a pasar la tarde comiéndome el tarro "me lanzo de nuevo, no me lanzo".

Mientras tanto, dimos otro paseo por Valladolid, vimos las ardillas en el parque, nos tomamos un batido y, ya tarde, nos acercamos a un parque desde el que se veía gran parte de la ciudad. Mientras nos estábamos haciendo una foto, aún antes de que se hiciera de noche del todo y salieran las estrellas, apareció una estrella fugaz, brillante como no he visto nunca y durante unos buenos 3 o 4 segundos. Increíble. Al final, cuando la dejé en casa, la volví a besar, y esta vez sí que obtuve mi recompensa. No sé lo que me ponía en el mail, pero parece ser que no era del todo malo.

Más tarde, de vuelta en el coche hablando con mi hermana, me preguntó qué tal había ido todo, y le contesté que muy bien. Se alegró mucho, y me dijo que ella le había pedido a mi padre que saliera bien, que me lo merecía. Me contó que desde que murió, le pide a mi padre las cosas que necesita. Se me saltaron las lágrimas, acordándome de la estrella fugaz.

Gracias papá.

Comentarios

  1. Mi queridísimo Deckard, no sabes cómo me alegra saber que las cosas van bien con R. Me has hecho sonreír y ahora estoy de mucho mejor humor. Yo hago como tu hermana; desde que falleció mi padre le pido a él que me eche una mano cuando las cosas van mal. Pero parece que allí donde esté tiene menos poder del que tenía cuando estaba conmigo. Tal vez es pronto. Sigo esperando que me ayude.
    Un post precioso. Te deseo toda la suerte con R.

    Mil besos Deckard.

    ResponderEliminar
  2. precioso lo que escribiste. a mi tambien se me salieron las lagrimas. me encanta tu blog que fue descubierto de casualidad.

    saludos,

    g

    ResponderEliminar
  3. Hola nuevamente Deckard!

    Pasaba curioseando por si había algo nuevo. Ya no tengo que ser "anónima" ni "g" como en el post anterior. Recién comienzo un intento en el mundo de los blogs. Saludos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La nostalgia del papel

Sueños y olor a orégano