Entradas populares de este blog
La nostalgia del papel
Hace un momento, al salir del metro he pasado por un contenedor de papel, y al pie había una bolsa con libros. Me he acercado para mirar qué había, y he visto que muchos eran libros banales (recetas, de cocina guías de viajes) y alguna que otra novela. Me he apropiado de Drácula , de Bram Stocker, y me he venido a casa, preguntándome si no debería haberme traído la bolsa completa. El caso es que me preguntaba quién habría tirado una bolsa completa de libros, porque a mí me resultaría complicado deshacerme de ellos. Pero claro, puede haber casos en los que sí tiraría algunos: una mudanza, falta de espacio en la casa... O incluso puede que haya gente que no le tenga apego a los libros: los compra, se los lee y si no les ha encantado, los tira sin más. Es lo que hago yo con las películas, por ejemplo. No es que las compre, pero las descargo, las veo, y las borro. O incluso las veo por streaming y ni siquiera me las descargo antes de empezar a verlas. Ni se me ocurre grabármelas en un disc
Sueños y olor a orégano
Parece que el 2020 sigue haciendo de las suyas, tanto a nivel mundial como a nivel individual. Como comenté en el anterior post, mi madre murió en abril, no tanto por la epidemia de covid-19, sino ya por su edad y sus múltiples achaques. Demasiados años con el corazón tocado, dos operaciones a corazón abierto, pastillas por un tubo, médicos... Al final, una mala caída terminó de descompensarle lo poco que le quedaba de salud... y ya no pudo seguir. La llevamos al hospital y ya no pudo salir de allí. Era una verdadera putada ver a esa maravillosa mujer, fuerte y decidida, la jefa de la casa durante tantos años, la que no se achantaba ante nada, la que sacó adelante a su familia ante tantos problemas y tan gordos ... ver cómo poco a poco sucumbía a la vejez y la enfermedad, ver cómo la memoria le empezaba a ir y venir... Ella no era una capillita, pero últimamente había empezado a creer más, y cuando podía se acercaba a misa, así que si ella creía que ahora ya se ha reencontrado c
Espero que te guste Deckard, a mi me encantó. Dime si te está gustando, tengo curiosidad por conocer tu opinión.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues por ahora sí que me está gustando, aunque todavía llevo muy poquito. Es lo que tiene el leer en metro, que vas poquito a poquito.
ResponderEliminarEh, me ha encantado [¿cómo expresarlo?] tu comment en el blog de Karenina, el de la armadura. Me recordó las características de la mía.
ResponderEliminarMi armadura, que era fuerte fuerte fuerte, que me aisló durante 9 años, se ha roto hace poco...por eso ando perdida aun.
Arcalía.
A mí, después de que se rompiera, me ayudaron mis amigos a quitarme las piezas que aún tenía encima. Ojalá hubiera tenido el blog en aquella época, hubiera sido más fácil.
ResponderEliminarEs duro tener una armadura, porque si te descuidas, se recompone muy fácilmente. Hay que ir con cuidado para quitártela de vez en cuando.