Anoche

Por fin me llamó, a eso de las 11. Después de contarme lo cansada que ha estado esta semana (entraba a las 9 de la mañana y salía a las 10 de la noche, con una hora de descanso entre trabajo y trabajo), me dijo que hoy iba a estar muy cansada y que le apetecía descansar, que mejor el domingo. Sólo el domingo. Se la veía con ganas de charlar, pero ahora era yo el que no estaba demasiado animado, y lo notó. Tras preguntarme qué me pasaba como 3 veces, al final se lo solté, que necesitaba algo más de atención, que al menos me respondiera los SMS, que me dijera algo de vez en cuando...

Después me sentí egoísta. Lleva unas semanas que tiene que pensar en cincuenta cosas, con la incertidumbre de si la echan o no la semana que viene, esta semana ha trabajado 12 horas diarias, quiere pasarse a contrato (siempre tiene la tarjeta del teléfono sin saldo), pero no tiene ningún rato para hacerlo..., y encima voy yo y le suelto que creo que pasa de mí.

Me ofrecí a ir a Valladolid y pasar el finde juntos, pero prefirió descansar hoy y venir mañana, que gracias por el ofrecimiento, pero que le apetecía venir aquí. Quizás más adelante.